¿Retrato el paisaje por su belleza o por la ausencia de lo humano?
¿Necesito elevarme o sólo se trata de no caer?
Cuanto más sufro la humanidad más disfruto la naturaleza, y cuanto más transcribo lo invisible en un lenguaje común –yo, traductor del ignoto–, más en lo humano puedo ver el destello del infinito.